martes, 27 de agosto de 2013

Poner motes: El deporte nacional del ser humano

-Uy mira, Papa Pitufo todo azulado jajaja, hola pitufiiiin, ¿dónde te has dejado la seta Papa Pitufooo?

-Mmm no soy Papa Pitufo, soy supermán que me he dejado la capa, no obstante, te presento a mi amiga la super-hostia

Aparte de cotillear, el deporte favorito del ser humano es poner motes.

Los motes... odiados cuando somos niños... en cambio nos hacen gracia de mayor...

Desde que nacemos ya nos ponen motes:

-Mira que redondeteeee, parece una albóndiga! Ais el albondiguillaaaaa (ni qué decir tiene que es ofensivo para un bebé)

El mote siempre viene precedido de algo que llama la atención. Pongamos unos ejemplos:

-Tienes muchos granos (de los más comunes... y ya sabes que desde pequeño odiarás el arroz...)

-Eres bajito (que por desgracia, si intentas remediarlo poniéndote alzas por ejemplo, resultará peor si te pillán, así que, ¡asúmelo cuanto antes! Decir "¿Has oído alguna vez la regla de la L?" suele funcionar sea o no verdad)

-Eres alto (este sólo se crea si el tipo es buena gente, sino, nadie se atreverá a llamarle Grúa, o a decirle que qué tal tiempo hace ahí arriba... O al menos yo, al gigante de La Princesa prometida, y mira que parecía majete, ¡¡no le hubiera bromeado fijo!!)

-Eres feo (este mote hoy en día tiene solución quirúrgica más adelante, así que, niños feos, tranquilos ¡que os vengaréis en el futuro! También puedes decir "Habló Brad Pitt!" a no ser que sea el mismo Brad el que te lo diga...)

-Se te escapó una flatulencia (sabemos que los niños son muy malignos, por lo que si alguna vez te pasó y no tienes mote aún, ya sabes lo que te toca... A no ser que se haga queriendo, que es lo curioso... Si tu llegas como niño y haces ZASCA! avisando con anterioridad, la gente se reirá... en cambio si se te escapa sin avisar... ¡amigo mío, qué ironía!)

Resumiendo, un mote siempre va unido a una deficiencia física: El del pelo rizado Pelopo... Nariz grande Narizotas... Y otras incluso menos originales si cabe: El cojo, pues... el Cojo.... El calvo... espera... si, el Calvo....

Esos son los principales motes, los que acarrean taras físicas, pero también existen motes que se sacan por los actos en sí. Por ejemplo, si uno se come cincuenta huevos (por lo que sea, apuesta, que se cree muy macho...) a partir de entonces, será el Huevazos... O el que es un pesao, el Plasta... O el que se emociona mucho, el Ñoño, etc etc y más etc que todos sabemos.

Por lo tanto, hay que tomarse con filosofía los motes, ya que a TODOS alguna vez, nos han puesto uno. Y quién sabe, puede que nunca podamos deshacernos de él...

¡Ala, que Molo se despide!

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